Un análisis a partir de un estudio en Estados Unidos y su relación con la realidad española
El acceso a los estudios medios y superiores no depende solo del talento de los jóvenes sino de un gran número de variables entre las que se encuentra el acompañamiento que reciben en el proceso de orientación académica. Muchas veces este proceso recae en las familias pero, ¿son los progenitores y allegados capaces de realizar una valoración objetiva sobre las capacidades, talentos, gustos y aficiones de sus hijos? Por lo que se extrae del artículo que aquí comentamos, parece ser que no, y es que se demuestra que aquellos jóvenes con un mayor acceso a este tipo de orientación logran que sus elecciones los lleven a resultados más exitosos.
Muchas familias siguen pensando que ellas son capaces de proporcionar la información que sus hijos necesitan. Pasan por alto que siempre van a aparecer una serie de sesgos -como el «mi hijos es el más listo»- o la falta de recursos -como el tiempo- que impiden proporcionar una buena asesoría. Y es que hoy en día las posibilidades académicas nunca han sido más amplias, lo que hace que se puedan necesitar varias semanas para explorar todas las opciones que ofertan los centros sobre los que se puede estar interesado. Tampoco se puede obviar la obsolescencia de los estudios, es decir, las carreras que hicieron los padres en poco se podrían parecen a las mismas que hoy en día se ofrecen.
En muchos centros estadounidenses analizados por los investigadores un único orientador atiende al doble de alumnos de lo recomendado, lo que limita su función de asesor. Además, buena parte del tiempo ha de ser destinado a tareas administrativas, lo que disminuye aún más esa dedicación orientativa. Esto supone que los alumnos no sean informados de las múltiples opciones académicas, de becas, requerimientos en procesos de admisión o cómo nuestra elección se convertirá con más o menos posibilidades en un trabajo acorde a lo que se busca. Sin duda, a todos nosotros esta situación nos es conocida…
Según éste y otros estudios, los programas de coaching, counselling y mentoría han demostrado ser muy eficaces: los alumnos eligen con un mayor conocimiento y tras un periodo de reflexión, aumentan las solicitudes, mejora la matriculación en las universidades y consigue que los estudiantes aprovechen mejor las ayudas económicas disponibles.
Como escribimos, este debate estadounidense conecta directamente con España, donde también se denuncia la escasez de orientadores y psicólogos educativos en colegios e institutos, y la casi ausencia de este apoyo en las universidades. La situación provoca que miles de jóvenes tomen decisiones trascendentales sin la orientación adecuada.
Así, invertir en profesionales de la orientación no es un gasto, sino que además de ser una garantía en la igualdad de oportunidades, es un logro de la sociedad en el objetivo de disminuir el fracaso académico y maximizar la eficacia del sistema al conseguir que sus jóvenes obtengan los mayores beneficios educativos. El talento no se puede perder y el futuro debe ser construido bajo la confianza y con el apoyo de la sociedad.
Avery, C., Howell, J. S., & Page, L. (2014). A Review of the Role of College Counseling, Coaching, and Mentoring on Students’ Postsecondary Outcomes. Research Brief. College Board.